domingo, 6 de junio de 2010

A vueltas con Israel


Lo que sucede en la franja de Gaza es digno de mención cuantas veces sean posible, y por ello a pesar de que, muchos podemos haber llegado al hastío comprobando quiénes son los que, de pronto, enarbolan la bandera de los derecho humanos, me uniré a esta batalla de denuncia intentando realizar algunas apreciaciones que rondan mi cabeza.

Me refiero con la sorpresa de los defensores de Palestina a las grandes multinacionales de comunicación, las cuales, han emprendido una especie de batalla ideológica sin precedentes contra lo que ya hacía tiempo que clamaba al cielo. No sé bien el porqué de las posturas innovadoras, quizás las élites que des-informan al "progretariado" estatal se hayan visto en la necesidad moral de realizar una crítica ante la tibieza con la que se ha empleado su gobierno, su ministro de exteriores y la impunidad con la que el embajador de Israel hace apología del terrorismo de estado en la televisión pública. La problemática es que el terrorismo de estado no viene recogido en el Código Penal de la mayoría de los países liberales, de no ser así, tendríamos el privilegio de ver a Miguel Bosé o a Juanes en televisión por sus continuas odas al uribismo, luego al paramilitarismo y al narcotráfico.
En este caso los terroristas son Hamas, que a pesar de haber sido elegidos en elecciones democráticas como los representantes del pueblo palestino han sido declarados terroristas por las grandes potencias occidentales ( EEUU y UE entre otros), y acusados por organizaciones "por los DDHH" como Human Rights Watch o Amnistía Internacional.
Si alguno quiere sacar similitudes con el panorama de excepción en la zona de Euskal Herria puede hacerlo.


Sinceramente, mi actitud es perpleja, porque si bien como digo las élites políticas han guardado silencio en honor y como herencia de la actitud de sus superiores, en este caso Obama ( el del acontecimiento planetario que diría Leyre Pajín, y curioso Nobel de la Paz ), parece ser que algunos medios han aportado pinceladas de objetividad, tales como que los disparos a los activistas de la flotilla atacada se hicieron desde 48 cm., por la espalda o en la sien, incluso, los más atrevidos comentan el bloqueo económico ( al estilo cubano) que sufre la nación Palestina.
No nos engañemos, no se comenta el conflicto del agua, la impunidad y la quietud de la comunidad internacional, no se dice la pérdida del territorio propio de Palestina, no se habla de los principios antidemocráticos del sionismo, de la ya parece que olvidada venta de armamento del Estado Español a Israel ( ahora recientemente permitida la venta también a la dictadura tailandesa) o la imposibilidad del pueblo palestino de expresarse libremente.


La solución como casi siempre es tapar la boca con el antisemitismo, y en esto son muchos, incluso en la izquierda, los que se apuntan a justificar cualquier acto del sionismo escudándose en el Holocausto. Pilar Rahola, pseudo intelectual que se pasea por el circo televisivo de la podrida salsa rosa, es un ejemplo bastante grandilocuente, es de lástima la necesidad de algunos de hacerse notar remando incluso sin razón en contra de una marea de solidaridad abrumadora.
También lo es Hollywood, a los cuales les faltó tiempo para salir a la palestra con "Malditos Bastardos" y otras superproducciones justo cuando el conflicto alcanzaba su ocaso.

Es inaceptable la monopolización del Holocausto, inaceptable e inadmisible. Señores sionistas, ustedes no fueron los únicos que sufrieron el terror del nacionalsocialismo, a su lado también estuvieron homosexuales, comunistas, socialdemócratas, intelectuales, antifascistas, gente con problemática psicológica o física, etc...
¿ Deberíamos entonces recordar todas esas agresiones cada vez que, como ocurre en Hungría, se intente quitar de en medio la posibilidad de votar a un partido marxista en las elecciones? ¿ Justificaría en ese caso cualquier medida emprendida por los afectados?
Yo creo que no, yo creo que la historia ha de ser un aliciente para la superación de las dificultades y sobre todo para la comprensión de que las tácticas del mimetismo de realizar el explotado las acciones del explotador cuando tiene posibilidad no son más que un bucle sin salida, un bucle en el que Israel está metido de lleno.




Y es que, no podemos obviar el carácter antidemocrático que desprende una doctrina dogmática que tiene como base la creación de una sociedad totalmente hermética, teocrática en la que no se plantea la posibilidad de una apertura o en la que las relaciones multiculturales son vistas con ojos más que temerosos. No solo encontramos la negatividad de todos estos puntos, que si no fuera porque son en esencia parte clave del mercado económico estadounidense pondría al señor S.P Huntigtong y su choque de civilizaciones en pie de guerra ( aunque, ironías de la vida, solo existe el choque de civilizaciones con los musulmanes). Sino que, además, esta teoría se reviste de una preeminencia mundial quizás basada en la más que desfasada doctrina de la discriminación positiva, que le permite instaurarse en un sitio donde ya residía un pueblo y borrarlo del mapa acaparándole terreno paulatinamente y sin control alguno.


Sinceramente, es de locos. Mas si hacemos una no muy arriesgada comparación con el proscrito pueblo gitano y su coyuntura actual.


No obstante, gracias a algún tipo de divinidad hebrea ( nótese la ironía), no todos los judíos del mundo son sionistas. Una parte, desgraciadamente minoritaria, se asimilan a si mismos y a su pueblo como parte horizontal de la civilización, y están a favor del fin del apartheid palestino y de la convivencia pacífica en el mundo.

Sin más,
¡ Viva Palestina Libre!

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